Es evidente que la pandemia causada por el coronavirus ha provocado grandes daños económicos y sociales en todo el mundo. Es por ello que los países que forman la UE han acordado un plan de recuperación que liderará el camino hacia la salida de la crisis mediante fondos denominados Next Generation. Este sentará las bases para una Europa moderna y más sostenible.

El objetivo es relanzar la economía en el corto plazo y mejorar la productividad y el potencial de crecimiento en el medio y largo plazo.

El monto total de los fondos Next Generation asciende a 750.000 millones de euros entre los años 2021 y 2026, de los que España obtendrá 140.000 millones de euros, de estos, 72.000 millones de euros, aproximadamente serán a fondo perdido.

España, para acceder a esta financiación, ha presentado un plan a través del cual se articularán los fondos y que se denomina Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

La condición principal para acceder a ellos es que la inversión vaya a destinarse a proyectos relacionados con cuatro ejes principales:

• Transición ecológica. El Gobierno pretende reforzar la inversión pública y privada para reorientar el modelo productivo. Todo ello impulsando la descarbonización, la eficiencia energética, el despliegue de las energías renovables, la electrificación de la economía, el desarrollo del almacenamiento de energía, la economía circular, las soluciones basadas en la naturaleza y la mejora de la resiliencia de todos los sectores económicos.
• Transformación digital. El COVID ha acelerado el proceso de digitalización en España. Por ello se pretende garantizar el acceso a internet de toda la sociedad e impulsar la digitalización de las empresas.
• Igualdad de género. Nuestro país quiere reducir las barreras de acceso de las mujeres al mercado laboral en igualdad de derechos, elevar la tasa de empleo femenina y el potencial educativo y la igualdad de oportunidades.
• Cohesión social y territorial. Según el Ejecutivo, «la apuesta por el conocimiento, la educación de calidad y la formación permanente no solo ayuda a reducir desigualdades y favorece la empleabilidad, sino que también aportará oportunidades y eficiencia a nuestra economía».

Estos ejes a su vez se dividen en diez políticas tractoras. Estas van a incidir directamente en aquellos sectores productivos con mayor capacidad de transformación de nuestro tejido económico y social:

• Agenda urbana y rural (16 % de los recursos): lucha contra la despoblación y desarrollo de la agricultura.
• Infraestructuras y economías resilientes (12 % de los recursos): desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza y refuerzo y resiliencia climática en infraestructuras.
• Transición energética justa e inclusiva (9 % de los recursos): desarrollo de un sector energético, competitivo, eficiente y descarbonizado.
• Una administración para el siglo XXI (5 % de los recursos): impulsando innovaciones y acompañando al sector privado.
• Modernización y digitalización del tejido industrial y de la pyme, así como la recuperación del turismo e impulso de una España nación emprendedora (17 % de los recursos).
• Refuerzo de las capacidades del Sistema Nacional de Salud (17 % de los recursos).
• Educación y conocimiento, formación continua y desarrollo de capacidades (18 % de los recursos).
• Nueva economía de los cuidados y políticas (6 % de los recursos).
• Impulso de la industria de la cultura y el deporte (1,1 % de los recursos).
• Modernización del sistema fiscal para un crecimiento inclusivo y sostenible (1 % de los recursos).

Se puede ver una gran cantidad de fondos europeos que buscan dar un impulso a nuestra economía. Gran parte de estos fondos se articularan a través de licitaciones que pueden financiar el 100% de los proyectos.